entre dos partes, cuyos intereses, valores y pensamientos son diferentes.
El conflicto puede provocar el intercambio de opiniones diferentes, agresión verbal y física.
Es una lucha para poder y control.
Para los dos partes es más importante quien tiene la razón.
La mayoría de los conflictos matrimoniales o en pareja no tienen solución.
Las parejas pasan años intentando cambiarse el uno a otro. Pero esto es imposible. Y esto es así porque la mayoría parte de sus desacuerdos esta basada en diferencias fundamentales de personalidad, valores o estilo de vida.
Discutir por estas diferencias es una perdida de tiempo y una forma de dañar el matrimonio o la pareja.
El típico consejo de resolución de conflictos no sirve de nada. Cada uno hace las cosas de su propia manera. No hay una manera correcta o incorrecta.
El consejo: Comprender las diferencias esenciales que provocan el conflicto entre tú y tú pareja y aprender vivir con estas diferencias, respetando el uno al otro.
Hay cosas sobre que se puede negociar (Tareas domesticas. Gestión de las finanzas. Gestión del tiempo libre y el ocio. Educación de los hijos)
Hay cosas sobre que no se puede negociar (Los valores de cada uno, sus sueños y metas)
Estructura de un conflicto:
- Queja. Se refiere a una acción específica en que tu pareja ha fallado.
- Critica. Una crítica incluye culpa
- Desprecio. Es letal para una relación. El desprecio siempre aumenta el conflicto. Contiene una amenaza o una provocación. Sarcasmo. Enfado agresivo, insultos, la burla. Implica disgusto. Pensamientos negativos sobre la pareja.
- Actitud defensiva. Un modo de culpar la pareja
- Actitud evasiva. La persona se distancia. No le importa que le diga su pareja.