Educar a los niños es una de las tareas más difíciles y de mayor responsabilidad. Además, es la labor para la que se recibe menos formación. El conocimiento de cada persona sobre cómo educar a sus hijos procede normalmente de su entorno y de la educación recibida en su familia.
En el hogar encontramos un grupo primario, es decir, aquel en el que la persona adquiere un nombre, aprende a amar y ser amado, comprende significados, descubre quién es en base a sus características físicas y psicológicas, asume roles de conducta, crea hábitos, se comunica y establece patrones para sus relaciones afectivas, pero también que la familia es un sistema que sirve como intermediario entre la sociedad y el individuo.
Los patrones mentales de los padres se repiten y pasan a sus hijos. Los padres son el modelo de conducta con mayor influencia que jamás tendrán los niños.
Las herramientas que debe utilizar para formar a mejores personas son el ejemplo y la comunicación.